UN AÑO MÁS


Hemos terminado el año 2013.
Un año que ha marcado, como todos los años, la vida de cada uno de nosotros. Un año en el que hemos podido descubrir luces y oscuridades, alegría y tristezas. Cada uno de nosotros hemos caminado por el camino de nuestra vida, hemos trabajado y  hemos descansado, hemos sido felices y hemos sufrido, nos hemos forzado  en  el seguimiento de Jesucristo  y  a veces también hemos caído también en la desidia y la infidelidad.
Y a nuestro alrededor, hemos visto caminar a nuestros hermanos, a todos los hombres y mujeres: desde los más cercanos, los de nuestra familia, nuestros hermanos y amigos, hasta los más lejanos. Todos ellos, todos forman parte de nuestra vida. De todos hemos podido aprender, todos han sido para nosotros, de un modo u otro, estímulos para  nuestra vida. Y de un modo especial, porque de ninguna  manera podríamos olvidarlos, recordamos los rostros de dolor de nuestros hermanos que sufren por la guerra, por el hambre, por todas las crueldades que los hombres sembramos o permitimos en este mundo.
Un balance de fin de año sería preguntarnos, en el silencio de nuestro corazón, con sinceridad y valentía, sobre nuestra actitud ante esas verdades sin las cuales iríamos sin brújula en la vida, es decir, sobre la fe, la esperanza y el amor. Ante todo, sobre el amor, pues “quien ama no hace mal al prójimo, por eso el amor es el cumplimiento total del amor. Así pues, no tengan con nadie otra deuda que no sea la del amor. Pues el que ama a su prójimo tiene cumplida la ley”. (Rom. 13,8.10). Si rescatamos el amor, el balance final será a nuestro favor
El Papa Francisco dijo en la tradicional oración de fin de año, que al entrar el 2014, se debería reflexionar y preguntar “si 2013 lo hemos utilizado para avanzar en nuestros propios intereses o para ayudar a otros”.
Es muy importante reflexionar sobre este mensaje del santo Padre.
"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios. Fue la primera fiesta de la Virgen en la Iglesia. Por su Sí a la voluntad de Dios María es Madre de Dios, de la Iglesia y de los cristianos. Ella es símbolo de la comunidad cristiana en donde los creyentes encontramos a Cristo".
 ¡Feliz Año a Todos!

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