DESPEDIDA DEL CLARETIANO P. CARLOS LATORRE



El Padre Carlos es el Superior de la comunidad de los Padres claretianos de la  parroquia NUESTRA SEÑORA DE LA AURORA Y SANTO ÁNGEL de VALLECAS, a la que pertenecemos;  celebra una vez al mes la eucaristía con nosotras en nuestra casa y también con nuestras hermanas mayores en su casa. En  estas fechas del año, fue destinado a BARBASTRO,  donde ha nacido. 
Por esta despedida tan rápida para nosotras le hemos  hecho algunas  preguntas:

Novicias: ¿Cómo te sientes en este momento de despedida y cuál ha sido tu experiencia en  Vallecas?                                                                   

Padre Carlos:
Yo he estado muchos años fuera de España: 20 años de Misionero en Paraguay y 13 años de Misionero de emigrantes de lengua española en Zürich, Suiza. Y ahora me espera un nuevo cambio.

Los dos cursos que he vivido en Vallecas, Parroquia de la Aurora y del Santo Ángel, me han servido mucho para conocer la realidad actual de España. Mi dedicación a Cáritas parroquial me ha hecho abrir los ojos a la pobreza que hay en este barrio y que las organizaciones de la Iglesia intentan remediar. Lastimosamente lo que pasa aquí se da también en muchas otras ciudades y regiones de España por la falta de trabajo. Es una España muy diferente a la que yo conocía cuando me fui a América en el año 1979.”

Novicias: ¿Qué expectativas tienes respecto de Barbastro?

Padre Carlos:
“Sí, mi nuevo destino es Barbastro, en la provincia de Huesca, en Aragón. Voy muy contento, entre otras razones porque es la tierra donde nací, allí conocí a los Claretianos y allí me ordené de sacerdote. También mis padres se casaron en la Parroquia de San Francisco, a la que pertenece la Comunidad de los Claretianos. Así que se puede decir que me voy a sentir en casa. Por otra parte es una de las comunidades de la Congregación Claretiana más antiguas de España, pues su fundación se remonta al año 1869. 
Actualmente la dedicación de la comunidad se resume básicamente en la custodia de las Reliquias de los Mártires, dando a conocer el testimonio de su martirio a los peregrinos y suelen visitar la Casa Museo unas 4.000 personas al año. Se llama Casa-Museo, pero no es para guardar objetos, sino para transmitir a los visitantes el testimonio de su fe hasta el martirio: de los 51 Misioneros fusilados, cuarenta tenían menos de 25 años…”


Te deseamos mucha felicidad en tu nuevo destino. Que el Señor te acompaña en tu  misión.   










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