Siguiendo las huellas de María Ana

Del 28 de octubre al 1 de noviembre fuimos en peregrinación a Cataluña, con el deseo de conocer las raíces de nuestra Madre Fundadora, María Ana Mogas.

Tuvimos la oportunidad de conocer algunos lugares de Barcelona ligados especialmente a la vida de María Ana: la Basílica de Santa María del Mar, lugar donde fue fraguando su vocación y la iglesia de los Santos Justos y Pastor, donde reafirmó su fe con el sacramento de la Confirmación, y otros lugares emblemáticos de la ciudad: la Catedral, la Sagrada Familia y la zona portuaria, donde comimos. Terminamos nuestro recorrido con un agradable compartir fraterno con la Comunidad de hermanas de Barcelona.

Con gran ilusión subimos a la montaña de Montserrat, recordando el caminar que habría hecho María Ana, donde pudimos ver la placa que nos habla de su presencia en ese lugar; allí, con el testimonio del padre Alpens, recordamos que durante largo tiempo oró de rodillas frente a la imagen de la Virgen de Monserrat pidiendo su intercesión y con una significativa oración, dimos gracias a Dios por el don de su vida y por nuestro Instituto.

     Para concluir nuestro peregrinar, recorrimos los lugares donde vivió su niñez en Corró de Vall (Granollers): la Iglesia de San Esteban; la de los Santos Médicos Cosme y Damián, donde tocaron las campanas el día de su nacimiento; las ruinas de la Parroquia de Santa Eulalia, donde fue bautizada. Con gran alegría compartimos con nuestras hermanas de la Comunidad del Colegio María Ana Mogas de Granollers; recorriendo las instalaciones del Colegio y en el encuentro fraterno, pudimos percibir grandes rasgos de nuestro carisma.

     Compartimos la liturgia con los hermanos Franciscanos Conventuales de la Parroquia “Mare de Deu de Montserrat i Sant Antoni”; terminamos participando de la vigilia de la fiesta de los Santos, unidas a los mejores hijos de la Iglesia para alabar a Dios, para recibir gracia y bendición, para ser fortalecidas en nuestra peregrinación terrenal.
     Durante estos días hemos tenido como lugar de referencia y de gran acogida por parte de las hermanas, el Hostal de "El Lledoner", casa natal de María Ana, lugar muy importante para nosotras, ya que en él nació una niña que desde muy pequeña Dios fue infundiendo su amor, que se concreta en una llamada, y esa llamada se convirtió en un sueño de entrega a los demás, amor a sus hermanas y escucha permanente a la voluntad de Dios.

Al haber vivido esta experiencia nos sentimos invitas a seguir sus huellas, vivir sus ideales y continuar haciendo realidad su sueño de Amor y Sacrificio. Queremos que ella siga siendo estímulo para nuestra vocación y entrega al Señor.

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