Mi experiencia comunitaria.
Mi experiencia comunitaria
La
comunidad Religiosa de nuestras hermanas está situada en el centro histórico de la cuidad de Abrantes,
donde hay un porcentaje elevado de personas ancianas y algo desertificación .
En
esta realidad las hermanas intentan cada una, según su trabajo, responder a la
misión evangelizadora de la Congregación. Acoger, visitar a personas que viven solas en sus casas y también en el
hogar de ancianos de la Santa Casa de la Misericordia de Abrantes.
Gran
parte de la misión se desarrolla en su ambiente de inserción: Hogar de ancianos
y enfermos.
Inicié mi experiencia
apostólica en el hogar Santa Casa de la Misericordia de los pueblos de Gavião e Comenda. Ésta, es
dirigida por una hermandad de laicos, en
que hay un Proveedor y hermanos que de entre ellos eligen la Mesa Administrativa. Ya desde los
tiempos de la Reina Dña. Leonor, fundadora de esta obra, intentan dar respuesta a
los más necesitados practicando las obras de misericordia. Animados por este
espíritu constituyen una presencia y una fuerza de esperanza al lado de los que necesitan apoyo y ayuda.
En
este ambiente he realizado mi experiencia como voluntaria: De lunes a viernes
muy temprano, teníamos que hacer un recorrido de 30 a 45 km hasta Gavião y Comenda.
Allí hacía un poco de todo: a los ancianos los ayudaba en la comida, los levantaba, los escuchaba,
acompañaba en el tiempo libre y
charlaba con ellos.
En
la comunidad son tres hermanas: Arlete, Porcínia do Carmo, Lurdes Lopes y yo -Clementine. En ella he colaborado en las tareas comunitarias:
limpieza, cocina, liturgia. También en el ensayo de
cánticos en la parroquia, en las Celebraciones de la Palabra
presididas por las hermanas, además del Hogar de ancianos, en otro pueblo que
pertenece a la Parroquia. He estado en el encuentro de preparación del grupo
que se reúne en nuestra casa, para la preparación del Sínodo Diocesano, en que
una de las hermanas es la Animadora y que
se reúnen los miércoles, quincenalmente. También se han reunido los de AMAM
y del Voluntariado Misionero en nuestra casa, que no he podido participar por
estar en el Hogar. Pero he estado con las de AMAM en Gavião.
Estoy muy contenta y feliz de este voluntariado, de ayudar a quien no puede hacer algo por sí mismo, ni comer ni levantare pues viven con gran dependencia. Me ha gustado mucho la experiencia, fue muy enriquecedora y estimulante por la misión de las hermanas, su manera de estar en medio del pueblo y mi propia vivencia. Agradezco a todas hermanas que han hecho posible esta experiencia y muy concretamente a las hermanas de la comunidad de Abrantes.
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