La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor, fiesta en la que se recuerdan tres manifestaciones del gran Dios y Señor nuestro Jesucristo: en Belén, Jesús Niño, al ser adorado por los Magos; en el Jordán, bautizado por Juan a ser ungido por el Espíritu Santo y llamado Hijo por Dios Padre; y en Caná de Galilea, donde manifestó su gloria transformando el agua en vino en unas bodas. 
Cristo, la luz, se manifiesta a todos. La Iglesia celebra la manifestación de Cristo a todos los pueblos. El profeta, centinela en medio del pueblo, vislumbra en el horizonte el nuevo amanecer de la historia y exhorta a caminar hacia la luz de la nueva aurora. Los Magos vieron el nuevo amanecer y siguieron el esplendor de la estrella para llegar al Mesías y adorarlo. La luz de nuevo amanecer se revela a todos sin excepción.
La grandeza de Dios se presenta como don en la pobreza del hombre. Ya el regalo ha preñado la historia y es ineludible el camino. "Cristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza". Por eso no podemos no sentirnos reyes, si nos hemos encontrado con ÉL.



                                                                  

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