NELSON MANDELA: DESCANSA EN PAZ


'Madiba' se despidió del mundo rodeado de su familia y de una ola de cariño, en su caca de Johannesburgo. 
La muerte de Nelson Mandela no supone una pérdida sólo para Sudáfrica. Es una pérdida para todo el mundo y todas  personas de este mundo que luchan por la libertad, la justicia y para acabar con la discriminación.
Mandela,  murió el jueves 5 de Diciembre alrededor de las 20.50 hora local, después de una larga convalecencia por una infección pulmonar a los 95 años, logró lo que muchos consideraban imposible después de su liberación de prisión en 1990 al construir una democracia donde tanto los blancos como los negros pudieran votar.
Su sonrisa  con la cual murió  hizo ver al mundo que África no era solo sufrimiento y se convirtió en la cara "más bonita" de un continente que todavía sufría la herencia del colonialismo y la segregación.
Nelson Mandela simbolizaba la lucha de todo un país por acabar con el racismo y la xenofobia. Cambió el mundo con sus gestos, su sonrisa y también sus frases. "La grandeza de la vida no consiste en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos" es solo una de sus lecciones de vida.
Lo que hizo a Nelson Mandela grande fue precisamente lo que le hizo humano. Vimos en él lo que buscamos en nosotros mismos.
Mandela se fue como vivió: luchando. Su última batalla la libró contra su cuerpo castigado del tiempo pasado, de los años, de las cicatrices. Se ha marchado alguien que parecía inmortal o que debía serlo. Ahora el mundo se queda huérfano de espejos en los que mirarse. Se quebró el espejo, se quebró Nelson Rolihlahla Mandela. Se quebró el árbol, que es lo que significa su nombre en su lengua: el hombre que tira de la rama de un árbol.
El entierro del ex presidente sudafricano se celebrará el próximo 15 de diciembre, después de toda una semana de actos y homenajes al hombre que logró la paz entre blancos y negros en Sudáfrica.
"No importan las críticas; ni aquellos que muestran las carencias de los hombres, o en qué ocasiones aquellos que hicieron algo podrían haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece a los hombres que se encuentran en la arena, con los rostros manchados de polvo, sudor y sangre; aquellos que perseveran con valentía; aquellos que yerran, que dan un traspié tras otro, ya que no hay ninguna victoria sin tropiezo, esfuerzo sin error ni defecto. Aquellos que realmente se empeñan en lograr su cometido; quienes conocen el entusiasmo, la devoción; aquellos que se entregan a una noble causa; quienes en el mejor de los casos encuentran al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasan, al menos caerán con la frente bien en alta, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas que, frías y tímidas, no conocen ni victoria ni fracaso".



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