Vida y misión en Cangas de Onís

El 19 de julio salimos de Madrid a una nueva misión, una experiencia nueva en nuestro camino, a la comunidad de Cangas de Onís en Asturias donde nuestras hermanas hacen vida en el Hogar Beceña González, residencia de ancianos, en la actualidad unos 115 abuelitos. Fuimos muy bien recibidas y acogidas tanto por la comunidad de hermanas, como por los residentes y trabajadores, lo cual nos hizo sentir como en casa. Ese mismo día de nuestra llegada nos mostraron las instalaciones de la residencia, los sitios de recreación de los abuelos, la enfermería, los dormitorios y también nos explicaron todo el funcionamiento del centro y en lo que podíamos ayudar el tiempo que estaríamos.

Al día siguiente comenzamos nuestras distintas labores, por las mañanas con los desayunos en las plantas, haciendo camas y ayudando en lo necesario, en las comidas y cenas colaborando en los comedores y por las tardes a veces conversar con los abuelos y también caminar con algunos. Los sábados ensayo de cantos para el doming
o y en la Eucaristía animamos la misa con ellos. Así es nuestro día a día en la residencia, ha sido una experiencia enriquecedora para nosotras, hemos ido aprendiendo de cada persona, conociendo muchas historias que ahora son parte de nuestras vidas y también hemos ido dando lo mejor de cada una.

En medio de todo lo que hacemos valoramos la vida comunitaria, la liturgia, el compartir fraterno y el retiro de mes que nos dieron la oportunidad de vivir, también los paseos que nos han permitido realizar para conocer un poco de Asturias, tuvimos la oportunidad de visitar el puente Romano de Cangas y el Dolmen, Covadonga donde se encuentra Nuestra Señora de Covadonga, los lagos de Covadonga en los picos de Europa, Ribadesella y Llanes, todos lugares muy especiales. Cada hermana ha sido ayuda y guía para nuestra experiencia por su ejemplo de vida, su cercanía con los ancianos y toda la labor que hacen en la residencia, nos sentimos muy agradecidas por la oportunidad que nos dio la congregación y la confianza de la comunidad que nos acogió.

“Todo es gracia, todo es don gratuito de Dios y de su amor por nosotros” SS Francisco, es por eso que estamos muy agradecida con Dios por todo lo que hemos vivido este tiempo, por la gracia que nos ha dado, la alegría y el amor para vivir cada experiencia como don recibido.





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