Mutilación genital femenina.
La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los
procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o
lesionan los órganos genitales femeninos.
Estos procedimientos no aportan ningún beneficio a la salud
de las mujeres y niñas.
Pueden producir hemorragias graves y problemas urinarios, y
más tarde pueden causar quistes, infecciones, infertilidad, complicaciones del
parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido.
Unos 140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad
las consecuencias de la MGF.
En la mayoría de los casos se practican en la infancia, en
algún momento entre la lactancia y los 15 años.
El control
de la sexualidad y la reproducción de las mujeres y niñas (virginidad,
embarazos y promiscuidad), mitos religiosos y sanitarios, la tradición y el
sostenimiento económico y social de mujeres reconocidas en sus comunidades cuya
profesión es “excisoras” se encuentran entre las principales causas del
mantenimiento de esta práctica que causa cada día miles de muertes y problemas
de salud entre mujeres y niñas.
Desde la comunidad internacional se puede contribuir a parar
este grave atentado violento contra el derecho al placer y a la salud sexual y
reproductiva de millones de mujeres y niñas, obteniendo datos de distintos
países, comunicando y sensibilizando sobre la importancia de la legislación
nacional y los acuerdos internacionales que han firmado sus gobiernos (la Asamblea General
de las Naciones Unidas adoptó unánimemente en 2012 con la firma de 194 Estados
Miembros, una resolución prohibiendo practicar la mutilación genital femenina)
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