La verdadera alegría Una vez que el hermano León estuvo preparado, San Francisco le dijo: “ Si un día viniera un mensajero a traer la noticia de que todos los maestros de la Universidad de París, los grandes sabios de nuestro tiempo, han entrado en nuestra orden … no estaría ahí la verdadera alegría”. Si también todos los obispos, arzobispos y clérigos de Europa y, además, los reyes de Francia y de Inglaterra quisieran formar parte de nuestra orden… no estaría ahí la verdadera alegría“. Si mis frailes fueran a tierra de infieles y convirtieran a todos a la fe católica y, además, yo tuviera tanta gracia de Dios que pudiera curar a los enfermos y hacer milagros … en todo eso no estaría tampoco la perfecta alegría“. El hermano León preguntó entonces,"¿cuál es la verdadera alegría?" “Pues mira, hermano León. Imagina que un día vuelvo, de noche, de un viaje a pie, en medio de un invierno tan frío y húmedo que vengo cubierto de barro, llevo el
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