Los derechos del niño son un conjunto de normas de derecho internacional que protegen a las personas hasta determinada edad. Todos y cada uno de los derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia. Varios documentos consagran los derechos de la infancia en el ámbito internacional. Derechos de los niños: 1. El niño debe de disfrutar de todos los derechos sin discriminación de raza, color, sexo, idioma o religión. 2. El niño dispondrá de oportunidades y servicios, para que pueda desarrollarse física, mental, espiritual y moralmente de forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. 3. El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y una nacionalidad. 4. El niño debe de gozar de los beneficios de seguridad social, tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados. 5. El niño física
El día 16 de abril la familia franciscana celebra la Renovación de la Profesión Religiosa en el Aniversario de la fundación de la Orden Franciscana. San Francisco de Asís, santo del Amor y de la Fraternidad universal, renovador de la sociedad en el espíritu del Evangelio, después de su conversión acogió a los discípulos que quisieron ponerse bajo su dirección. Primero fueron doce, después aumentaron cada vez más. «La Orden de los Hermanos Menores» brotó de la mente y del corazón de Francisco, en Rivotorto, en la Porciúncula. Obtuvo de Inocencio III la aprobación de la Orden el 16 de abril de 1209 verbalmente; y por escrito, de Honorio III el 29 de noviembre de 1223. A sus seguidores el Poverello les entregó su amor a la pobreza , su mensaje de Paz y Bien y el Evangelio como norma de vida . Los hijos de San Francisco están esparcidos por todo el mundo y desarrollan actividades pastorales, misioneras, científicas, educativas, caritativas, asistenciales. Constituyen el más
La verdadera alegría Una vez que el hermano León estuvo preparado, San Francisco le dijo: “ Si un día viniera un mensajero a traer la noticia de que todos los maestros de la Universidad de París, los grandes sabios de nuestro tiempo, han entrado en nuestra orden … no estaría ahí la verdadera alegría”. Si también todos los obispos, arzobispos y clérigos de Europa y, además, los reyes de Francia y de Inglaterra quisieran formar parte de nuestra orden… no estaría ahí la verdadera alegría“. Si mis frailes fueran a tierra de infieles y convirtieran a todos a la fe católica y, además, yo tuviera tanta gracia de Dios que pudiera curar a los enfermos y hacer milagros … en todo eso no estaría tampoco la perfecta alegría“. El hermano León preguntó entonces,"¿cuál es la verdadera alegría?" “Pues mira, hermano León. Imagina que un día vuelvo, de noche, de un viaje a pie, en medio de un invierno tan frío y húmedo que vengo cubierto de barro, llevo el
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