Clausura del año de la fe
La solemnidad de Cristo Rey del
Universo, coronación del año litúrgico, señala también la conclusión del Año de
la Fe , convocado
por el Papa Benedicto XVI, a quien recordamos ahora con afecto y reconocimiento
por este don que nos ha otorgado. Con esa iniciativa providencial, nos ha dado la
oportunidad de descubrir la belleza de ese camino de fe que comenzó el día de
nuestro bautismo, que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos en la Iglesia. Un camino que
tiene como meta final el encuentro pleno con Dios, y en el que el Espíritu
Santo nos purifica, eleva y santifica, para introducirnos en la felicidad que
anhela nuestro corazón.
El Papa, envió también un saludo cordial
y fraterno a los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales
católicas, presentes en la clausura. Quiso que el saludo de paz expresara, sobre todo, el reconocimiento del Obispo de Roma a estas Comunidades,
que han confesado el nombre de Cristo con una fidelidad ejemplar, pagando con
frecuencia un alto precio.
La preparación del Año de la fe fue la carta
apostólica Porta fidei publicada el 11 de octubre de 2011, exactamente un año
antes del inicio del Año de la Fe ,
en el cual Benedicto XVI lo convocaba y daba pautas para su celebración.
Algunos analistas indican que en ese momento el Papa emérito comenzaba a pensar
en la posibilidad de la renuncia y otros en cambio aseguran que aún no lo había
contemplado.
Esa renuncia histórica de
Benedicto XVI llegó durante el Año de la
Fe , como si ese tiempo propuesto para reafirmar y confirmar
la fe en Cristo pusiera también "a prueba"’ esta fe ante al "desconcierto"’ de ese anuncio y el sentimiento de ‘orfandad’ de muchos al ver la despedida en vida de
un gran Papa que dio una lección de humildad y sabiduría a la humanidad.
Por otro lado, recordemos que la
apertura del Año de la Fe ,
que se llevó a cabo el 11 de octubre de 2012, coincidió con el 50 aniversario
del inicio del Concilio Vaticano II y con el 20 aniversario de la promulgación
del Catecismo de la
Iglesia Católica. La inauguración fue muy significativa
porque en la
Celebración Eucarística presidida por Benedicto XVI
concelebraron algunos padres conciliares, los presidentes de las Conferencias Episcopales y también los padres
sinodales de la
Asamblea General Ordinaria que se celebraba en Roma sobre La Nueva Evangelización y la transmisión de la fe.
El segundo documento que puede
considerarse un ‘fruto’ del Año de la
Fe fue la encíclica Lumen fidei firmada por el Papa Francisco
y publicada el 29 de junio de 2013, fiesta de San Pedro y San Pablo. Un texto
escrito a ‘cuatro manos’ en el que se palpa claramente la continuidad entre
ambos pontificados.
El último texto es la exhortación
apostólica postsinodal Evangelii Gaudium (la alegría del Evangelio) que el Papa
Francisco presentó el 24 de noviembre de 2013, fiesta de Cristo Rey, en la
clausura del Año de la Fe
y que recoge los frutos del Sínodo sobre la Nueva Evangelización.
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